Alberto Núñez Tello
Geólogo
Especialista en Gestión Ambiental y Prevención de Desastres
El volcán Machín, también conocido como Cerro Machín, está ubicado en territorio del municipio de Ibagué, 17 kilómetros al occidente de la ciudad y 7 kilómetros al norte de la cabecera municipal de Cajamarca, en el departamento del Tolima. Las ciudades de Armenia y Calarcá, así como varios otros centros poblados del departamento del Quindío se encuentran a una distancia de entre 30–40 kilómetros al occidente del volcán. La región volcánica es drenada, en el área del Tolima, por los ríos Toche, Bermellón y Anaime, que en conjunto conforman el río Coello afluente del río Magdalena.
La estructura volcánica consta de un cráter de aproximadamente 2,5 kilómetros de diámetro, en donde se encuentran tres montículos, denominados geológicamente como domos, que taponan el cráter y son los vestigios de los períodos eruptivos pretéritos. Estos domos llegan en su cima a 2750 metros de altura sobre el nivel del mar (m s.n.m.); a manera de comparación la ciudad de Bogotá está a una elevación promedio de 2625 m s.n.m. En las estribaciones y la cima de ellos se encuentran orificios, geológicamente llamados fumarolas, a través de ellos escapa vapor de agua mezclado con cantidades variables de gases, principalmente azufrados. Dentro del cráter también se observan los vestigios de una laguna.
Los depósitos dejados por las erupciones del Machín se encuentran en el área próxima a él, especialmente en el municipio de Cajamarca, y se extienden por el valle del río Coello hasta su confluencia con el río Magdalena, avanzando por este hasta cerca de la población de Nariño, en el departamento de Cundinamarca. Porciones de las áreas municipales de Ibagué, Rovira, Valle de San Juan, San Luis, Coello, El Espinal, Flandes, El Guamo, Saldaña y Suárez tienen zonas conformadas por materiales provenientes de las erupciones antiguas, que fueron removidos y transportados por el caudal del río Coello.
Las erupciones mayores y más antiguas movieron sus depósitos distales por los ríos Coello y Luisa, razón por la cual parte de los territorios municipales del Valle de San Juan, San Luis, Guamo y Saldaña están constituidos por arenas pumíticas dejadas por estos depósitos volcánicos. La fertilidad y productividad agropecuaria de la región central del departamento del Tolima se explica por el origen volcánico de sus suelos, desarrollados a partir de los depósitos del Machín.
Los fragmentos volcánicos conocidos como piroclastos, fueron arrastrados por el viento y se depositaron principalmente al occidente del volcán, en territorio del departamento del Quindío y, en menor proporción, en Risaralda y el nororiente del Valle del Cauca.
Historia eruptiva
Los estudios sobre la historia volcánica del Machín, realizados por el Servicio Geológico Colombiano e investigadores externos a esta institución, indican que su historia geológica es muy corta y que se trata de un volcán activo, altamente explosivo, situación que lleva a clasificarlo como como uno de los volcanes con mayor potencialidad de daño en Colombia (Cepeda et al., 1996).
El volcán Machín se ha mantenido en reposo desde hace más de 800 años, lapso en el que ocurrió su erupción más reciente. Desde antes de la llegada de los españoles y en los más de 500 años posteriores los diversos moradores del territorio no hemos presenciado eventos eruptivos. Comunidades indígenas anteriores a la llegada de Colón seguramente presenciaron sus violentas manifestaciones; una leyenda indígena, mencionada por Bedoya (1988), narra situaciones propias de un episodio volcánico.
Los depósitos resultantes de las erupciones pasadas ocupan, en el departamento del Tolima, buena parte del municipio de Cajamarca y porciones variables de los territorios de los municipios ya mencionados de Ibagué, Rovira, Coello, Valle de San Juan, San Luis, El Espinal, Flandes, Guamo, Suárez y Saldaña, así como de Girardot y Nariño en Cundinamarca. La casi totalidad del área del departamento del Quindío y zonas menores de los municipios de Alcalá, Ulloa y Caicedonia en el nororiente del departamento del Valle del Cauca, exponen espesores variables de cenizas volcánicas derivadas del pasado eruptivo del Machín.
Las publicaciones de Ingeominas (2001, 2003) y Méndez et al. (2002) muestran que las áreas más expuestas al fenómeno volcánico se encuentran en el municipio de Cajamarca y el suroccidente del municipio de Ibagué, previéndose daños graves en ellas. El valle de los ríos Coello, Bermellón y Anaime y desde la confluencia de estos tres afluentes, cuando forman el río Coello, hasta su confluencia con el río Magdalena también tendrían afectaciones graves.
Monitoreo de la actividad volcánica
Como consecuencia de varios factores, entre ellos la poca elevación del edificio volcánico, no ser fácilmente identificable en el paisaje, pero especialmente por la ausencia de manifestaciones notorias de su actividad, poco se conocía del volcán Machín. Fue solo hasta después de la erupción de volcán Nevado del Ruiz en 1985, cuando el gobierno colombiano entendió sobre la apremiante necesidad de conocer y estudiar los demás volcanes del territorio nacional, que se empezó a saber de su existencia.
A finales de 1985 le fue encomendada al Ingeominas, hoy Servicio Geológico Colombiano, la labor de identificar, estudiar y monitorear los volcanes colombianos, función que llevo a precisar la ubicación de numerosos volcanes, entre ellos el Machín.
Para esa época algunos naturalistas y geólogos sabían de su existencia, mientras que los moradores de la región percibían las escasas manifestaciones de la actividad volcánica, tales como fumarolas, fuentes termales, temblores leves y ruidos ocasionales. Personas que viven en el interior del cráter reportaban que, esporádicamente, algunas aves perecían cerca de aberturas del terreno por donde salían emanaciones gaseosas tóxicas.
En la medida que las comunidades viven más alejadas del edificio volcánico, las exteriorizaciones de la actividad volcánica se van haciendo menos intensas hasta que desaparecen, incluida la visión directa del edificio volcánico, por lo que la percepción del fenómeno es menor, las personas son más “desprevenidas” y la vulnerabilidad se incrementa.
Desde finales de la década de los 80 del siglo pasado el SGC inicio la vigilancia de la actividad del volcán Machín, inicialmente con la instalación de sismógrafos para hacer seguimiento a la sismicidad de origen volcánico. Esta técnica estuvo acompañada de mediciones geodésicas para establecer una línea base de comportamiento de la forma del edificio volcánico.
Con la obtención de recursos económicos se adicionaron otras técnicas de monitoreo llegando, en la actualidad, a la existencia de más de 100 estaciones o puntos de monitoreo que utilizan técnicas de: sismología, geofísica, geoquímica, deformación y observación visual, cuya operación es permanente, de tal forma que los funcionarios del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, dependencia del SGC, reciben las diversas señales y manifestaciones de la actividad, las evalúan y reportan las variaciones significativas.
El seguimiento a la actividad permitió observar que a partir del inicio del 2000 los movimientos sísmicos se incrementaron, tanto en número como en energía liberada, marcando un cambio en el estilo y nivel de actividad, pasando al estado de alerta verde (amarillo que indica cambios en el comportamiento de la actividad volcánica, de acuerdo con parámetros establecidos por el SGC y que son similares a los usados en otros países con presencia de volcanes.
Lo más notorio de las variaciones fue la ocurrencia de enjambres de sismos (numerosos sismos en un lapso de algunas pocas horas); los picos más destacado ocurrieron en mayo de 1999, abril de 2002, abril de 2006 y noviembre de 2008, cuando entre el 8, 9 y 10 ocurrieron 1210 sismos, algunos de ellos sentidos en Ibagué.
Este último incremento motivo el desplazamiento de habitantes de la zona más próxima al volcán, algunos de los cuales llegaron a Ibagué, ante el temor de una posible erupción. Geólogos del SGC visitaron el área y encontraron algunas viviendas con agrietamientos y presencia de deslizamientos de tierra que no pudieron verificar si tenían conexión con los movimientos sísmicos o eran debido al período de lluvias que ocurría en la región, en esa época. Este pico de actividad sísmica no estuvo acompañado de variaciones en los otros parámetros de monitoreo.
Gestión del riesgo volcánico
La Asociación de Volcanología y Química del Interior de la Tierra (IAVCEI por sus siglas en inglés) y la UNESCO plantean que para reducir el riesgo volcánico se requieren tres grandes procesos:
1. Identificar las áreas amenazadas (SGC)
2. Vigilar los volcanes
3. Desarrollar un plan de emergencia
Para el caso de los volcanes colombianos, incluido el Machín, los dos primeros pasos los asumió el SGC, mientras que el tercero es responsabilidad de los gobiernos nacional, departamental y municipal, los organismos de socorro y la participación de toda la población colombiana, entendiendo que “la prevención es responsabilidad de todos” (Ley 1523 de 2012).
Para desarrollar un plan de emergencia se deben realizar a las siguientes actividades:
- Informar a la población sobre los peligros
- Comunicar las alarmas
- Probar el plan de emergencia.
Bajo estas consideraciones es necesario construir los escenarios de riesgo y evaluar los elementos en riesgo, empezando por las personas y sus bienes (cultivos, ganados, propiedades), así como la infraestructura de servicios como: carreteras (secundarias y principales), líneas de servicios públicos, hospitales y puestos de salud, escuelas, sistemas de riego, sistemas productivos, en fin, todo aquello que aporte a la sostenibilidad de las comunidades y el desarrollo de la región.
Atención especialísima debe dársela a la carretera Ibagué–Cajamarca–Armenia; esta carretera, que es tal vez la de mayor importancia en el país, se vería gravemente afectada, interrumpiéndose la circulación por ella, paralizando el intercambio entre el centro y el occidente–suroccidente del país y el comercio internacional a través del puerto de Buenaventura, por donde entra y sale gran parte de las mercancías que mueven el intercambio internacional del país, por consiguiente, la economía nacional.
Estos planteamientos permiten deducir que organizar un proceso planificado y coherente de prevención frente al fenómeno volcánico del Machín sea complejo, requiriéndose la participación de las autoridades nacionales, departamentales y municipales, junto a la comunidad, organismos de socorro, planificadores y tomadores de decisión, en un trabajo conjunto que permita reducir la vulnerabilidad y el riesgo del estado y la comunidad frente a una posible erupción del Machín
Después del pico de actividad sísmica de noviembre de 2008, que causó alarma tanto en Cajamarca como Ibagué, el gobierno nacional realizó una reunión en donde se dispuso un plan de acción frente a una eventual erupción del Machín.
La acción más importante, emprendida por los consejos departamental y municipales de gestión del riesgo del área de influencia del volcán Machín, fue el diseño y puesta en operación de una estrategia de capacitación e información que, sin llamar al pánico, permitiera a las comunidades definir la amenaza volcánica a la cual están expuestas, establecer su grado de vulnerabilidad y formular su plan de gestión del riesgo.
Un primer resultado fue la identificación y socialización, en el 2009, de las rutas de evacuación de cada uno de los municipios del departamento del Tolima que tienen áreas que pueden ser afectadas por productos volcánicos originado en el Machín. Para cada una de las veredas, corregimientos y centros poblados de los municipios señalados se identificó el punto de encuentro, la ruta de evacuación a seguir, su estado y el sitio de llegada.
Cortolima y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT), en convenio con la Universidad Nacional de Colombia, elaboraron el estudio de vulnerabilidad en un área alrededor del volcán Machín, cuyos resultados están expuestos en un documento (Universidad Nacional de Colombia (2009) y publicado por Vega–Mora y Díaz (2013).
Situación actual del volcán Machín
Los acontecimientos recientes, ocurridos desde principios de diciembre del año inmediatamente anterior, confirman que la actividad sísmica del Machín, relacionada con el fracturamiento de rocas al interior del edificio volcánico, se mantiene lo que puede estar relacionado con el ascenso de magma. Los otros parámetros de actividad volcánica, de acuerdo con los reportes y boletines del SGC (https://www.sgc.gov.co/detallevolcan/20/), no han mostrado cambios significativos. Este proceso seguramente continuará, sin que se pueda precisar si desembocará en una erupción y, si ella ocurre, cuál será su posible magnitud, estimación del volumen del material que podría ser emitido, por tanto, cuáles serían las áreas que podrían resultar afectadas.
Ante la incertidumbre, los profesionales que hacen seguimiento al desarrollo de la actividad volcánica continúan analizando y evaluando cual podría ser el escenario de una futura erupción y cuales las señales que pueden indicar su proximidad.
Los resultados de estas evaluaciones, en términos de cambios de alerta, serán comunicados a las autoridades nacionales, departamentales y municipales quienes deberán informarlas a la comunidad para, si es el caso, poner en operación los planes de contingencia que deben estar preparados, interiorizados y practicados para prevenir al máximo la pérdida de vidas y disminuir el impacto sobre los bienes y la infraestructura.
En este sentido es vital mantener informada a la comunidad sobre la evolución del fenómeno volcánico y actualizar los planes de contingencia y emergencia, incluyendo las rutas de evacuación con la participación de las comunidades que son las conocedoras del territorio que habitan, como lo expone Garay (2023).
El gobierno departamental, a través de la Secretaría del Ambiente y Gestión del Riesgo, distribuyó a los alcaldes de los municipios del área de influencia del Machín mapas con la actualización de las rutas de evacuación, indicando que deben ser socializadas con las comunidades quienes deberán validarlas. Una acción similar fue ejecutada por la alcaldía de Ibagué, quedando el interrogante si esta actualización fue realizada con la participación de las comunidades.
Estas comunicaciones, y las manifestaciones del volcán, fueron utilizadas por personas inescrupulosas que, aprovechándose de la credibilidad de las personas y la inmediatez de las redes sociales, crearon incertidumbre y pánico con noticias y explicaciones erróneas.
Lo real es que el volcán está activo, que el SGC mantiene vigilancia sobre su comportamiento con las tecnologías y equipos más modernos que existen para monitorear volcanes, con personas de nivel profesional y tecnológico muy comprometidas con la gestión del riesgo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Por tanto cualquier noticia relacionada con el volcán Machín u otro volcán en el territorio nacional, será emitida por el SGC (www.sgc.gov.co) y socializada por las gobernaciones y municipios, dependencias del gobierno responsables de la gestión del riesgo volcánico.
Frente a este panorama no debe haber pérdida de tiempo, la preparación debe continuar, pues no podemos esperar a que la alerta pase a nivel naranja (erupción en días o semanas) para revisar y actualizar los planes de contingencia y emergencia porque ya el tiempo se habrá agotado.
Para saber más
Servicio Geológico Colombiano. Información y características del volcán Machín en: https://www.sgc.gov.co/detallevolcan/20/
Referencias
Bedoya, J. 1988. El volcán Machín del Tolima – Leyenda indígena. Academia de Historia del Tolima, 1(1): 71-73. Ibagué.
Cepeda, H., Murcia, L.A., Monsalve, M.L., Méndez, R.A. y Núñez, A. 1996. Volcán Cerro Machín, departamento del Tolima, Colombia: pasado presente y futuro. Ingeominas. 48 p. Popayán.
Ingeominas. 2001. Información sobre el volcán Cerro Machín en relación con el proyecto Túnel de La Línea. 31 p. Bogotá. Recuperado en: https://revistas.sgc.gov.co/index.php/boletingeo/article/view/132/111. https://doi.org/10.32685/0120-1425/bolgeol40.2-3.2003.132
Ingeominas. 2003.Memoria explicativa del mapa de amenaza volcánica del Cerro Machín. 8 p. Bogotá. Recuperado en: https://www2.sgc.gov.co/sgc/volcanes/VolcanCerroMachin/PublishingImages/Paginas/Mapa-de-amenaza/Memorias_Cerro_Machin.pdf
Garay, R.D. 2023. Aunque la mona se vista de seda mona se queda. El Hormiguero Ibagué. Recuperado en: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid02tQWCL5P4Sufm2CwAXNUeN3DCQk7SEDSf8meer5WVzprFFD1pDWV4AuizQ1kf5vcl&id=100050625683637&sfnsn=scwspwa
Méndez, R.A., Cortés, G.P. y Cepeda, H. 2002. Evaluación de la amenaza potencial del volcán Cerro Machín. Ingeominas. Bogotá. Recuperado en: https://www2.sgc.gov.co/sgc/volcanes/VolcanCerroMachin/PublishingImages/Paginas/Mapa-de-amenaza/Mapa_Amenaza_Cerro_Machin_V4.pdf
Universidad Nacional de Colombia. 2009. Estudios y análisis de vulnerabilidad y riesgo en un sector del área de influencia del volcán Machín. Convenio interadministrativo No. 088/2008 Cortolima–MAVDT–Universidad Nacional de Colombia. 288 p. Bogotá.
Vega–Mora, L. y Díaz, F.J. 2013. Evaluación integral del riesgo volcánico del Cerro Machín, Colombia. Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, 13 (81): 66-78. https://doi.org/10.14350/rig.31131