Discurso de Armando Devia Moncaleano en el lanzamiento de la Fundación Segunda Expedición

Discurso de Armando Devia Moncaleano, Gobernador del Tolima en el acto de lanzamiento de la Fundación Segunda Expedición Botánica el 10 de abril de 1983 en el municipio de San Sebastián de Mariquita.

Es Mariquita dentro del contexto nacional un punto neurálgico histórico de la patria. Aquí, precisamente, nació bajo los auspicios del arzobispo virrey caballero y Góngora, la real expedición botánica del nuevo reino de Granada que contó con la sabia inspiración de José Celestino Mutis. Es, entonces, motivo de especial regocijo conmemorar hoy no solamente tan significativo bicentenario, si no también hacer el lanzamiento de la segunda expedición botánica y manifestarle al país desde esta tierra pródiga en recursos naturales y en remembranzas históricas, que queda constituida desde esta misma fecha la fundación segunda expedición botánica.

Con ella nos proponemos reiniciar los trabajos que adelantó aquí hace 200 años el sabio Mutis, en este sitial que tiene el honor de haber sido la sede de esta escuela de sabiduría y sapiencia.

La segunda mitad del siglo XVIII fue para la América hispánica, un campo abonado y fértil para la ciencia, pues su principal objetivo se constituyó en adquirir un conocimiento científico de las posesiones españolas en ultramar. Así se establecieron las expediciones de Perú, México, Chile y la Nueva Granada. Correspondió la dirección de esta última al sabio José Celestino Mutis, en asocio de don Eloy Valenzuela, como subdirector; José Camblar, Pablo Antonio García, Salvador Rizo, Manuel Amaya, Pedro Archila y Roque Gutiérrez. Estos varones con su trabajo e inteligencia convirtieron en la expedición en una fecunda corporación científica.

El aporte más trascendental de la primera expedición botánica consistió en la reinterpretación de la relación hombre naturaleza, en la convicción de qué el hombre, libre de compulsiones, puede y debe establecer nexos con su entorno en términos de optimización de la calidad de vida de sus semejantes y de las interacciones naturales que rigen la evolución y garantiza la vida sobre el planeta tierra.

En ese momento, las necesidades urgentes de otros meridianos, se encontraron con que nuestra exuberante y desconocida naturaleza escondía recursos posibles que descubiertos, beneficiaría directamente su desarrollo, y acertaron, porque ejemplos como la papa el caucho, la quina y muchos más, nos lo confirman.

Es por ello que podemos asimilar la primera expedición botánica, como una búsqueda de la sabiduría, como una necesidad de desarrollar el conocimiento de nuestros recursos, como una nueva concepción de la educación y en ese momento encadenada a la oscuridad.

El bicentenario de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, coincide con el 251º aniversario del nacimiento de Mutis en la primera década de abril de 1783, quien desde el primer momento se convirtió en el espíritu realizador de la misma.

Federico Gredilla, biógrafo de Mutis, afirma con indubitable claridad: “Dos figuras inmortales en el mundo de la ciencia, del fin en el ciclo de la plenitud vital de Mutis. En los años tempranos, cuando reúne 29 de su edad, lo busca desde la lejana Suecia el padre de la botánica moderna, Carlos A. Linneo; y al llegar a los fatigado 69 años de su vida, viene en pos de Si hasta Santa Fe de Bogotá Alejandro de Humboldt el genial intérprete del cosmos”.

Mutis se destaca como matemático, astrónomo, médico, sacerdote y botánico. durante cinco años dictó clases de matemáticas en el colegio del rosario de santa fe de Bogotá, escribió algunas observaciones respecto al paso de venus sobre el disco del sol, la variación nocturna del barómetro, fue de pin defensor del sistema de Copérnico y la teoría de Newton. En 1766, fue nombrado profesor de medicina. Como creyente sincero y profundamente católico se ordenó como sacerdote el 19 de diciembre de 1772.

Descubre la quina en Santa Fe y en 1776 distingue perfectamente tres especies que llevan los nombres de rojo, amarilla y blanca.

Organizó además Mutis, la Sociedad patriótica del nuevo reino de Granada aprobada el 24 de noviembre de 1801, dedicada a la educación popular y que se convirtió luego, en el semillero de próceres, discípulos suyos, que más tarde gestaron nuestra independencia tales como el precursor Nariño, Francisco Antonio Zea, Sinforoso Mutis Consuegra Francisco José de Caldas, Jorge Tadeo Lozano y José María Carbonell. De ahí que hoy después de 200 años podamos afirmar con Addison: “Un hombre útil ha pasado por allí”. En consecuencia nos proponemos reivindicar esa gesta científica, conservando su esencia, pero referenciando la en la problemática de nuestra naturaleza en el momento que nos toca vivir y su esencia sigue siendo el hombre colombiano. A nadie escapa que la tala indiscriminada de bosques, las que más frecuentes, la erosión y el aniquilamiento de las fuentes de agua, así como la disminución de los caudales de los ríos y embalses, un motivo de serias preocupaciones para el inmediato futuro.

Un reciente estudio de la FAO reveló que en los bosques tropicales caen 14 ha por minuto por motivos industriales y puntualizó que 100 millones de personas sufren por falta de leña para hacer frente a sus necesidades más esenciales y otros 1000 millones ya padecen la escasez total.

Y simultáneamente por la desaparición de los bosques, están desapareciendo todas las especies animales que naturalmente viven allí; miles de ellos desaparecerán en los próximos 20 años. Nos gusta citar la frase del doctor Peter H Rubbing, director de los jardines botánicos de Missouri, Estados Unidos, quien afirmó: “hemos invertido miles de millones de dólares en la exploración de la luna, y hoy día sabemos más sobre la Luna que sobre los bosques tropicales de Colombia; la luna seguirá en su puesto por mucho más tiempo que estos bosques.”

Detrás de la deforestación camina la desertificación y actualmente las cifras son espeluznantes; el 33% de la superficie de la tierra alrededor de 47 millones de kilómetros cuadrados, son tierras áridas y semiáridas y más de 600 millones de personas que habitan dichas zonas se ven forzadas a luchar en condiciones muy difíciles por su supervivencia. En este orden de ideas los objetivos de la segunda expedición botánica tienen horizontes amplios y metas ambiciosas señaladas por la inspiración universal de nuestro presidente Belisario Betancur cuartas y nos proponemos rescatar los valores culturales del pueblo colombiano y formar una nueva generación de hombres que se entreguen sin reservas ni restricciones al servicio de la patria, porque entendemos que el hombre es un ser que crea cultura y se hace gracias a ella. Es en consecuencia la clara identificación de los valores que poseemos culturalmente y la inversión de los recursos necesarios para hacerla más grande y extensiva a todos los niveles de la comunidad, la tarea urgente en que nos hemos comprometido.  

Reiteramos nuestro propósito de revivir en nuestra juventud el espíritu investigativo a fin de acrecentar los conocimientos científicos y de ahí que hagamos una reiteradamente invitación a esa juventud delante de superación para que apoyada en la investigación científica, alcance la plenitud de sus valores en procura de 10 mejores y provisorios para la patria colombiana, porque el avance científico y cultural de un pueblo está íntimamente ligado a su desarrollo social, el cual determina en forma inequívoca las relaciones de convivencia fundamentadas en los principios de justicia, equidad, paz y libertad.

En el plan de desarrollo con equidad del señor presidente Belisario Betancur, la segunda expedición botánica surge como la estrategia central en el ordenamiento del cambio social y en la reafirmación de la identidad cultural nacional. La grandeza de las generaciones que nos suceden en el tiempo y en el espacio estará necesariamente determinada por los objetivos y metas que alcancen las generaciones actuales. Por eso hoy en Mariquita están haciendo a la vida jurídica la fundación segunda expedición botánica que cumplirá los siguientes objetivos:

Promover el estudio, conservación y desarrollo de la flora y la fauna, con miras al mejoramiento y perfección de las especies y las razas;

  • Defender, proteger y velar por los recursos naturales renovables;
  • Prestar asistencia técnica a otras instituciones, municipios y departamentos o a cualquier otra entidad pública nacional o extranjera;
  • Elaborar el plan botánico, zoológico y ecológico nacional;
  • Vincular el conocimiento, a través de la investigación científica al sistema educativo del país;
  • Vincular los avances y descubrimientos científicos al aparato productivo nacional; y divulgar y proyectar universalmente los avances y descubrimientos científicos.

Es satisfactorio en consecuencia cristalizar hoy la idea de crear la fundación que nació acá en Mariquita el 8 de diciembre del año pasado con la suscripción del acta de iniciación de la segunda expedición botánica. A partir de tal fecha hemos contado con un trabajo ordenado en interrumpido en el que han sido partícipes la secretarías de desarrollo y obras públicas del departamento, la Universidad del Tolima, el grupo ecológico de la Universidad del Tolima, el Instituto de investigaciones tecnológicas, la Caja de Crédito Agrario Industrial  y Minero, la fundación Colombia regional, entre otras. Igualmente con la participación del gobierno nacional representado por el doctor Jorge Eliecer Ruiz, asesor cultural de la presidencia y del doctor Efraín Otero, director de Colciencias, se suscribió en Bogotá el acuerdo de cooperación entre la Secretaría ejecutiva del convenio Andrés Bello y la gobernación del Tolima. Al cabo de varias reuniones, el comité coordinador logró definir la naturaleza de la fundación, sus políticas y sus objetivos.

Culminan pues hoy cuatro meses de intenso trabajo, en los que queda plasmada la voluntad de entidades oficiales del orden nacional, departamental, y municipal lo mismo que el sector privado, de constituir la fundación con el objeto de aunar esfuerzos y cumplir las metas definitivas que han sido trazadas.

Es satisfactorio para el gobierno departamental poder expresar en este día de suyo tan significativo, nuestro recurso regocijo por haber contribuido al nacimiento de esta importante institución que se convertirá en polo de desarrollo científico y cultural. Y es más satisfactorio aún el momento porque entendemos que acompañamos con fe sincera e indeclinable la voluntad presidencial esbozada en su discurso de posesión en la plaza de Bolívar de Bogotá. Necesaria mente esta benemérita institución, de alcances nacionales e internacionales será centro de atracción y atención, porque a su alrededor se compara formarán grupos de científicos que permitirán la continuidad de la expedición botánica inicial de aquí hace doscientos años por el sabio Mutis.

Presencia del señor ministro de relaciones exteriores en su condición de ministro delegatario con funciones presidenciales se constituyen prenda de garantía para el éxito de la expedición botánica. Es un orgullo para nosotros, gozar de la compañía del señor canciller, quien se ha comprometido en llevar más allá de nuestras fronteras la más digna representación de nuestra patria, con inteligencia decoro y dignidad.

En idéntico sentido, contamos también, con el apoyo y la solidaridad del señor Ministro de agricultura doctor Junguito Bonnet, quien sin ninguna clase de reserva, ha encaminado en forma excepcional los esfuerzos y recursos del sector agropecuario, en apoyo de la Segunda Expedición Botánica, pue está convencido como nosotros, en que las nuevas investigaciones que de aquí salgan redundaran en una mayor productividad para el país.

La educación es el termómetro para medir la cultura de los pueblos. La presencia del señor ministro de educación, doctor Jaime Arias Ramírez, poseedor de una juventud brillantísima y de una clara inteligencia, es el respaldo a nuevas estrategias intelectuales que nacerán en el decurso de las investigaciones que se adelantarán en procura de la formación de hombres estudiosos y consagrados al servicio de la ciencia.

La buena voluntad, la solidaridad, el apoyo que hoy expresan abierta y generosamente los habitantes de Mariquita a la Segunda Expedición Botánica, confirma una vez más que no estamos equivocados al expresar confianza plena en una comunidad que tiene vocación de servicio, para lograr metas que permitan el desarrollo de la región. 

Esta participación masiva de los habitantes de Mariquita, este respaldo que le brindan a las iniciativas del gobierno equivale a un alto porcentaje del éxito de la empresa que se inicia, y a la vez, motiva nuestro deseo de buscar los medios que permitan la puesta en marcha de programas que beneficien la región y que permitan el mejor estar de estos tolimenses buenos, amantes de la paz y del progreso.

Quiero finalmente expresar el público reconocimiento del gobierno que represento, al señor presidente de la República, doctor Belisario Betancur, así como también a los señores ministros del despacho, a los señores gerentes de los institutos descentralizados y a todas las entidades del sector público y del sector privado, que nos han respaldado y animado en la concreción y materialización de este magno programa.

Emprendemos pues, en este momento el lanzamiento del programa de la Segunda Expedición Botánica, con fe en nuestro destino, con seguridad en el futuro. Con el propósito indeclinable de hacer de nuestra querida tierra colombiana el centro de atracción cultural y científico en que nos hemos comprometido.